martes, 12 de mayo de 2009

Protege la tabla


Las tablas de surf son frágiles: Se pueden rayar, atrofiar con el sol, quebrar, trizar en la cubierta, pueden romperse las quillas. Como, por lo general, se requiere transportar la tabla en condiciones precarias, nuestra primera recomendación es que usted consiga una buena funda. Las mejores fundas para viajar son entonces las que tienen paredes acolchadas con polieteleno expandido (material de alta resiliencia) y con cierto espesor, para poder amortiguar los golpes que pueda recibir durante el traslado. En su parte interior o exterior pueden estar forradas de un material plateado cuya funcion es evitar el sobrecalentamiento en su interior.



La tabla de surf suele ser susceptible al sol y al calor. Muchos de los materiales con los que está hecha la tabla echan a perder resistencia, pueden decolorarse e, incluso, pueden llegar a derretirse. No la deje dentro del coche si hace demasido calor, e intente cubrirla con alguna toalla o sombrilla.

En caso que vaya a guardar su tabla por unos meses, hágalo en un lugar fresco y dónde no le llegue sol.

Las grietas, por pequeñas que sean, pueden repercutir fuertemente en la tabla, y una pequeña raja puede pudrir el material por dentro. Por lo tanto, ante cualquier avería, llévela a arreglar por un especialista y no invente arreglos de emergencia. Aunque parezca extraño, los materiales internos de la tabla no son a prueba de agua. Más allá de que la espuma interna se echa a perder, la acumulación de agua hace pesada a la tabla y pierde capacidad de flote, lo que puede ser muy peligroso en el medio del mar. Se deben utilizar resinas y no parches.

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